Después de unos años de fotos de conciertos y una considerable colección de fotos analógicas con mi inseparable Minolta 5000 que todavía conservo y que guardo con todo mi cariño, por circunstancias totalmente ajenas a mi voluntad, todo mi archivo, fotos, negativos y recuerdos, desaparecieron de mi vida entre otras muchas cosas y con ello mi voluntad de hacer fotos.
Años después y por razones similares, la fotografía vuelve a formar parte de mi vida, pero ahora las cámaras ya no son analógicas, todo ha cambiado, nada de lo anterior vale, hay que empezar de cero.
En lugar de ser un impedimento para regresar a este mundo. es todo lo contrario, se convierte en un reto, en una obsesión que creo y espero, dure toda la vida.
Se convierte en una forma de expresión, de evasión, pasión, relajación, algo que me empuja a salir a la calle y volver a casa con un montón de fotografías como si fuera un preciado botín, un tesoro, o la captura de la caza o pesca del día.
Esta es una muestra del trabajo de estos tres últimos años en los que retomar esta pasión ha sido una de las cosas más gratificantes con las que me he encontrado o mejor dicho a la que he regresado.